Una de las curiosidades que tienen los números capicúas es que son números compuestos, es decir que tiene divisores diferentes de 1.
También, existe un proceso matemático en el que un número cualquiera puede volverse capicúa, que consiste en que a ese número se le suma su reverso, por ejemplo:
15, su reverso es 51, entonces 15+51=66 (que es capicúa).
Otro ejemplo es el 87, su reverso es 78, entonces 87+78=165, como no es capicúa realizamos el procedimiento nuevamente con 165, su reverso es 561, entonces 165+561=726, como aún no es capicúa realizamos el procedimiento nuevamente con 726, su reverso es 627, entonces 726+627=1,353. Como aún no es capicúa realizamos el procedimiento con 1,353, su reverso es 3,531, entonces 1,353+3,531=4,884 (que es capicúa).
Entonces, ahora surge la siguiente pregunta, si cualquier número que tomemos, ¿puede volverse capicúa? y la respuesta a esta pregunta es que no se sabe, ya que existen infinitos números y nadie ha demostrado que todos los números por medio de este procedimiento pueden volverse capicúas.
Entonces, ¿habrá algún misterio en el 196 o en los demás números de Lychrel, los cuales se resisten a volverse capicúas? Esperemos que pronto haya una respuesta para este dato tan misterioso.
Dato curioso amoroso: este problema abierto fue descubierto por Wade Van Landingham y escogió el nombre Lychrel como anagrama del nombre de su novia Cheryl.



